1 El trabajo del recolector es una labor hecha con amor, que se inicia cada mañana temprano, casi siempre en la playa, cuando aún sopla la brisa fresca.
2 Ascienden por el tallo del cocotero con agilidad y gracia para separar con destreza la rama de su flor y recolectar la savia en un recipiente de arcilla.
3 Como acróbatas, saltan de un árbol a otro, siempre sujetos con cuerdas, terminando su baile únicamente cuando han recogido tanta savia como puedan llevar.
4 La valiosa tarea del recolector permite llenar una botella de unos 700 ml de arrack entre cada cuatro a seis árboles.
5 Una vez en la destilería, con mucho cariño, refinamos y nutrimos el néctar de coco, como llevamos haciendo desde hace décadas, para ofrecerle a usted el arrack más refinado y puro del mundo.